Los niños no vienen con un manual de instrucciones debajo del brazo. Es cierto que convertirse en padre es una de las experiencias más gratificantes y maravillosas que existen, pero eso no quiere decir que sea fácil. Mientras que a veces miramos a nuestros hijos y pensamos en lo adorables que son y cómo les queremos, otras, sin embargo, no podemos evitar preguntarnos dónde han ido nuestros dulces angelitos.
Y es que aunque nos hayamos propuesto ser los mejores padres del mundo, es inevitable que alguna vez nos hagan perder los estribos. Es por ello que la técnica de Kelly Holmes, una madre de Texas de 39 años que estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para mejorar la relación con sus tres hijos menores de 10 años, está triunfando en las redes.
Unos 500.000 padres lo han probado y aseguran que funciona, así que, si estás en esta situación, presta atención.
Holmes es madre de tres niños de 9, 4 y 1 año, por lo que su nivel de estrés y paciencia se veían desbordados habitualmente. Por eso, en un constante afán por mantener su temperamento bajo control y mejorar su relación con sus hijos, decidió investigar por su cuenta recurriendo a la ciencia y a los últimos estudios.
Así fue como Holmes se topó con el estudio del Instituto Gottman llamado Magic 5:1 Ratio, que básicamente consiste en colocarse 5 cintas de pelo en una de sus muñecas. Cada vez que perdía los estribos a lo largo del día, Holmes cambiaba una de las gomas a la otra muñeca. El objetivo, claro está, era terminar el día con las cintas intactas.
Cada vez que perdía una cinta, debía ganársela de nuevo haciendo 5 cosas para volver a conectar con su hijo, tales como bailar, hacerles una gracia o darles un abrazo. Es decir, por cada interacción negativa se necesitan 5 interacciones positivas para hallar nuevamente el equilibro.
Tras contar su experiencia en su blog, la publicación se volvió viral y ha sido comentada y compartida por miles de padres que aseguran que este pequeño truco les ha cambiado la vida y la relación con sus hijos.
Kelly cuenta que recurrió a este método tras un día en el que tocó fondo y se vino abajo por completo:
«Después de aquel día, me prometí a mí misma que aquello nunca volvería a suceder. Investigué mucho sobre cómo lograr hábitos saludables, pero en lugar de centrarme en comer más verduras o hacer ejercicio, apliqué unos cuantos trucos que encontré sobre el cambio de comportamiento con el objetivo de encontrar más felicidad como madre«.
Kelly apunta que había desarrollado el mal hábito de hablar bruscamente a su hijo mediano, que acaba de cumplir 4, aunque dice que el truco de las gomas de pelo «era el botón de reinicio que necesitaba«.
Del mismo modo, la respuesta positiva de los niños fue casi inmediata, iniciándose una retroalimentación muy positiva que les han servido para reforzar aún más su relación.
«A veces se necesita un pequeño empujón en la dirección correcta, y 5 cintas de pelo en la muñeca era todo lo que necesitaba para encontrar la paciencia y la compasión que no sabía que tenía«, concluye.
