Los juguetes tienen en su diseño uno de los factores más importantes. Deben llamar la atención de los niños, ser adecuados para su edad, y cumplir diversos requisitos en un complicado proceso desde su conceptualización hasta su llegada a los estantes de las jugueterías. O, ese debería ser el caso. Por que, desde luego, en el caso de los siguientes, no ha sido así. Todos juguetes reales, aprobados por, seguramente, más de una persona. ¿Qué pudo ocurrir?
Cuando debajo del cactus feliz hay uno triste
Oh, que conseguida está la cola del caballo. Un momento, ¿qué?
«¿No encontraron un lugar mejor por el que inflar este globo?»
Cuando el diseñador se cansa de dibujar
El típico pato de cuatro patas
¿Hola?
La nariz de Blancanieves no quedó como esperaban
¡No bajes a Spider-Man de su moto!
Cuando eres una muñeca pero saliste ayer de juerga y aún te dura la melopea
¿Está Elmo matando a ese niño?
Lo mejor para que tus hijos no tengan miedo a la oscuridad
No te quites nunca la camiseta, señor Oso
No recuerdo esta escena en La bella durmiente, la verdad
Winnie the Pooh se ha puesto dientes
El pequeño león de mirada distraída
No sé en que carta podemos poner a la Reina de Corazones. ¿Qué tal el 3 de tréboles?
En serio, ¿a nadie se le ocurrió un nombre mejor que «Campo de concentración canino»?
Este caballo se vuelve realista por momentos
¡Vaya! ¡Pensaba que era el Harry Potter real! Está tan conseguido…
Fuente: Bored Panda